Skip to content Skip to sidebar Skip to footer

Así funciona realmente el algoritmo de Google: lo que revelan los documentos filtrados del caso antimonopolio

Introducción

Un conjunto de documentos confidenciales presentados como parte del juicio antimonopolio contra Google ha revelado detalles sorprendentes sobre cómo funciona realmente su algoritmo de búsqueda. A pesar del auge de la inteligencia artificial y los modelos de lenguaje como BERT, la base del ranking sigue dependiendo en gran medida de señales tradicionales diseñadas a mano por los ingenieros de Google.

Para quienes trabajamos en SEO, estas filtraciones representan una oportunidad única para entender mejor qué factores siguen siendo clave a la hora de posicionar una web. En este artículo analizamos las principales revelaciones, explicamos qué es lo que realmente influye en el ranking y qué implicaciones tiene esto para tu estrategia SEO en 2025.

II. El sistema de ranking de Google sigue siendo artesanal

Aunque se hable mucho de inteligencia artificial y automatización, la realidad es que el núcleo del algoritmo de Google sigue basándose en señales creadas y ajustadas manualmente por sus ingenieros. Estas señales no son automáticas ni se generan por sí solas con modelos de IA; cada una ha sido definida, probada y calibrada a partir de datos reales.

Esto significa que Google analiza cosas como el contenido de la página, los clics de los usuarios y los enlaces entrantes, y luego define de forma manual qué peso tiene cada uno de esos factores. De hecho, uno de los documentos filtrados deja claro que la mayoría de las señales importantes siguen siendo una “combinación lineal” de puntuaciones individuales. Es decir: se suman con diferentes pesos, pero sin complicaciones tipo caja negra.

En pocas palabras: Google no ha entregado las llaves del buscador a la IA. La inteligencia artificial sirve como apoyo, pero no reemplaza las señales tradicionales. Lo que posicionaba bien una página hace 10 años —buen contenido, enlaces de calidad y buena experiencia de usuario— sigue siendo igual de importante hoy.

III. Las señales ABC: la base del posicionamiento

Dentro de las más de 100 señales que utiliza Google, hay tres que siguen siendo fundamentales y que forman lo que se conoce como las señales ABC:

A – Anchors (anclas): Son los enlaces que otras páginas usan para apuntar hacia la tuya. Es lo que “la web dice sobre ti”. Cuantos más enlaces de calidad tengas, más relevante considera Google tu sitio.

B – Body (cuerpo): Es el contenido de la propia página. Google analiza el texto, su estructura, los temas que trata, y cómo se relacionan con la búsqueda del usuario. Aquí entra todo lo que escribes: títulos, párrafos, subtítulos, etc.

C – Clicks: Mide cuánto tiempo pasa un usuario en tu página después de hacer clic desde los resultados de búsqueda. Si muchas personas entran y se quedan, Google lo interpreta como una señal positiva. Si entran y se van rápido, lo contrario.

Estas tres señales son la base de lo que Google llama “topicalidad” o relevancia temática. Es decir, ayudan a determinar si tu página realmente trata sobre el tema que el usuario está buscando.

La combinación de enlaces, buen contenido y satisfacción del usuario sigue siendo el núcleo del SEO en 2025. No hay trucos ni atajos que superen eso.

IV. ¿Qué es Q* (Q-Star)?

Entre los documentos filtrados aparece una señal poco conocida fuera de Google: Q* (pronunciado “Q-Star”). Es una métrica interna que Google utiliza para evaluar la calidad de una página o un sitio web en general. No se trata de una señal pública ni visible, pero tiene un gran peso en el ranking.

Lo interesante de Q* es que no depende directamente de la búsqueda del usuario. A diferencia de otras señales que se activan por una consulta específica, Q* evalúa si el contenido de una web es confiable, útil, y de calidad en términos generales. Es más parecido a una puntuación de reputación o autoridad.

Otro detalle clave: Q* no cambia fácilmente. Si una web tiene una puntuación baja, no basta con mejorar un artículo o hacer cambios menores. Es necesario mejorar todo el sitio: estructura, calidad editorial, experiencia de usuario, frecuencia de actualización, etc.

Esto también explica por qué algunas webs nuevas tardan más en posicionarse, o por qué ciertos dominios nunca llegan a despegar, incluso con contenido optimizado. Si el sistema detecta baja calidad general, Q* lo penaliza.

Para los que trabajamos en SEO, esto subraya una lección importante: no basta con optimizar página por página. La calidad percibida del sitio completo influye directamente en los resultados.

V. Navboost: no es IA, es una tabla gigante de clics

Uno de los puntos más sorprendentes de los documentos filtrados es la explicación detallada de Navboost, una de las señales más influyentes del algoritmo de Google. A pesar del nombre técnico, Navboost no es un sistema de inteligencia artificial. Es, literalmente, una tabla enorme que recopila datos de clics de los usuarios durante los últimos 13 meses.

Funciona así: para cada búsqueda que alguien hace en Google, Navboost guarda cuántas veces se ha hecho clic en cada resultado. Por ejemplo, si para la búsqueda “mejores zapatillas para correr” una página ha recibido 3 clics y otra 10, esa diferencia se almacena y se usa para ajustar el ranking.

No hay aprendizaje automático ni modelos complejos. Solo un registro masivo de comportamiento humano, agregado y clasificado por tipo de dispositivo y ubicación.

Esto tiene dos implicaciones importantes para el SEO:

1. El comportamiento de los usuarios importa muchísimo. Si tu título y descripción no generan clics, difícilmente subirás posiciones.

2. El historial cuenta. Google no se basa solo en lo que pasa hoy, sino en patrones de clics de más de un año.

Navboost demuestra que la interacción del usuario sigue siendo una de las señales más poderosas, incluso por encima de muchas novedades tecnológicas.

VI. Señales de IA: DeepRank, RankEmbed y Twiddlers

Aunque las señales tradicionales siguen siendo el núcleo del algoritmo, Google ha ido incorporando algunas capas de inteligencia artificial para afinar los resultados. Entre ellas destacan tres sistemas: DeepRank, RankEmbed y los llamados Twiddlers.

DeepRank

Basado en el modelo BERT, DeepRank intenta entender mejor la relación entre la consulta del usuario y el contenido de una página. No reemplaza las señales tradicionales, sino que ayuda a interpretar mejor el contexto. Por ejemplo, diferencia entre una búsqueda informativa y una transaccional, o entre dos términos que suenan igual pero significan cosas distintas.

RankEmbed

Este es uno de los sistemas más recientes y avanzados. Utiliza modelos entrenados con grandes cantidades de texto para representar páginas y consultas en un espacio vectorial. ¿Traducción? Google puede medir similitud entre términos aunque no coincidan literalmente. Es útil para ofrecer resultados más relevantes aunque las palabras no coincidan exactamente.

Twiddlers

Los Twiddlers son herramientas internas que permiten a Google reordenar los resultados después de aplicar todos los filtros iniciales. Por ejemplo, pueden bajar una página si se considera que es demasiado comercial o poco útil, aunque cumpla con otras señales. También sirven para ajustar resultados de forma temporal tras eventos importantes o actualizaciones.

VII. ¿Cómo funciona la estructura interna del buscador de Google?

Los documentos filtrados también muestran un diagrama poco común que detalla cómo fluye la información desde que se encuentra una página web hasta que aparece en los resultados de búsqueda. Esta estructura, que Google llama su “Search Stack”, está formada por distintas capas:

1. Multiverse – Adquisición de datos

Es el punto de partida. Aquí Google recoge información de todas partes: páginas web, bases de datos estructuradas, feeds externos y otros formatos. Googlebot rastrea la web y Multiverse organiza el contenido en bruto.

2. Preparación e indexación

El contenido se limpia, se normaliza y se estructura. Esta parte incluye añadir información al Knowledge Graph, que alimenta los resultados enriquecidos (como los paneles, acordeones o tarjetas de información).

3. Entendimiento de la consulta

Google utiliza componentes como el Query Understanding Service (QUS) y el sistema llamado Superroot para interpretar lo que realmente quiere decir el usuario. No es solo encontrar palabras clave, sino entender la intención detrás de la búsqueda.

4. GWS – Servidor de resultados

Una vez procesada la consulta, Google Web Server (GWS) se encarga de mostrar los resultados al usuario, teniendo en cuenta también el contexto personal: ubicación, historial, tipo de dispositivo, etc.

5. Registro y ajuste

Todo se graba en el Logging Stack, que permite a los ingenieros revisar interacciones, detectar patrones y ajustar señales si es necesario.

Este proceso confirma algo que muchos ya sospechaban: el buscador de Google no es solo un índice, sino un sistema complejo y dinámico que ajusta resultados en tiempo real según miles de variables.

VIII. ¿Qué significa todo esto para el SEO en 2025?

A pesar del crecimiento de la inteligencia artificial y los modelos avanzados, las reglas básicas del SEO siguen vigentes. Las filtraciones del juicio confirman lo que muchos profesionales ya intuían: Google no ha reemplazado su sistema clásico, sino que lo ha complementado.

Esto es lo que realmente importa hoy:

1. El contenido sigue siendo el rey

No basta con mencionar palabras clave. Google evalúa si tu contenido es útil, claro, bien estructurado y relevante para la intención de búsqueda. La señal Q* penaliza sitios de baja calidad general.

2. Los enlaces siguen pesando

El perfil de enlaces sigue siendo una de las señales principales. No se trata solo de cantidad, sino de calidad y contexto. Enlaces desde sitios relevantes siguen marcando la diferencia.

3. La experiencia del usuario cuenta más que nunca

Navboost lo deja claro: si los usuarios hacen clic en tu página y se quedan, eso es positivo. Si entran y salen rápido, tu posición baja. Títulos atractivos, velocidad de carga, legibilidad y diseño adaptado son esenciales.

4. La inteligencia artificial no lo hace todo

RankEmbed, DeepRank y Twiddlers ayudan a interpretar y refinar resultados, pero no sustituyen las señales tradicionales. Si no tienes una base sólida, la IA no te va a rescatar del fondo del ranking.

5. No pienses en trucos, piensa en consistencia

Las señales como Q* se basan en la calidad global del sitio. No puedes arreglar tu posicionamiento con un par de ajustes técnicos. Necesitas construir un sitio útil, confiable y coherente a largo plazo.

Estas revelaciones refuerzan una verdad simple: el SEO real no es magia, es trabajo bien hecho.

IX. Conclusión

Los documentos filtrados del caso antimonopolio contra Google nos han ofrecido una mirada excepcional —y muy poco habitual— al funcionamiento interno del algoritmo de búsqueda más influyente del mundo.

Lejos de ser un sistema 100 % controlado por inteligencia artificial, Google sigue confiando en una combinación de señales clásicas, datos de comportamiento de usuarios y algunas capas nuevas de procesamiento con modelos como RankEmbed y DeepRank. La calidad del contenido, la estructura del sitio, los enlaces y el comportamiento de los usuarios siguen siendo los pilares del posicionamiento.

Para quienes gestionan sitios web o trabajan el SEO en serio, el mensaje es claro:

✅ No te obsesiones con trucos técnicos o modas pasajeras.

✅ Invierte en contenido útil.

✅ Asegúrate de que tus usuarios encuentren lo que buscan.

✅ Y mantén una estrategia consistente a largo plazo.

Porque, al final, el algoritmo cambia… pero la lógica detrás de lo que Google premia sigue siendo la misma: calidad, relevancia y utilidad real para el usuario.

Deja un comentario